Imagen estudiantes

Estudiantes y autoridades académicas firman pacto por la salud mental en sus entornos

La salud mental de la población es una prioridad en ‘Bogotá, mi Ciudad, mi Casa’. Por ello, y teniendo en cuenta que este es un componente multidimensional que requiere la colaboración de diversos sectores de la sociedad; el Distrito y el sector salud participaron y acompañaron a la academia en la creación del ‘Pacto por la salud mental y bienestar en los entornos educativos’, en un esfuerzo por reafirmar su compromiso en estos temas.

Tras un trabajo colaborativo, dedicado a identificar las necesidades y coordinar esfuerzos para mejorar el bienestar, la salud mental y la convivencia en los entornos educativos, estudiantes, directivos de las diferentes facultades y representantes de órganos colegiados e instituciones públicas y privadas de educación superior y para el trabajo y desarrollo humano, acordaron sumar esfuerzos para la construcción de entornos saludables y enriquecedores para las y los estudiantes, docentes y personal administrativo y así, asegurar el bienestar actual y de las generaciones futuras.

“Reconocemos el compromiso del Distrito para hacer un enfoque en el buen trato y las necesidades específicas para su desarrollo. Pensando en la diversidad y en la necesidad de ajustes razonables para las personas con discapacidad, la necesidad de rutas de género para todas las mujeres y disidencias; la necesidad de fortalecer la salud mental y sus dinámicas son olvidadas con frecuencia, aunque son fundamentales. Traerlas como un punto de trabajo es fundamental”, indicó Alejandra Acosta, representante de la Asociación Nacional de Internos y Residentes (ANIR). (Estudiante de pregrado de la Universidad Nacional de Colombia).

La salud mental es una parte integral del bienestar general de las personas, tan importante como la salud física. La Administración Distrital comprende que ambas son esenciales para el desarrollo de las y los estudiantes, por ello y desde un enfoque diferencial, se busca comprender y abordar las necesidades de los jóvenes y adolescentes con acciones basadas en el cuidado.

El Modelo de Atención en Salud – MAS Bienestar plantea como eje fundamental, la salud mental para el cuidado y el bienestar a través de prácticas empáticas, amigables, armoniosas y protectoras de la realidad personal, social y ambiental en la que se parte de reconocer al otro como un ser legítimo, reconociendo sus fortalezas y fragilidades. Considerando lo anterior, este acuerdo de voluntades plantea la necesidad de que los entornos educativos y los escenarios de práctica sean espacios incluyentes y seguros, en donde haya cero tolerancia al maltrato y la violencia.

Al respecto, el secretario Distrital de Salud, Gerson Bermont Galavis, aseguró que, “la salud mental es una prioridad en el Plan Distrital de Desarrollo. Hemos venido identificando que debemos intensificar acciones para luchar contra las dificultades encontradas en todas las capas sociales. Ningún problema se puede solucionar si actuamos de manera separada; todos hacemos parte de este sector del bienestar y por eso agradecemos la participación de los integrantes del sector educativo que tienen una gran iniciativa para mejorar y priorizar la salud mental en sus entornos.”

Así mismo, resaltó los desafíos que tiene la Administración Distrital para trabajar por la salud mental de las y los estudiantes de las instituciones educativas, del talento humano en salud, y del personal administrativo que día a día los recibe y acompaña. “Estamos hablando de la preparación de los jóvenes en todos los entornos sociales y de las generaciones futuras; por eso recogemos las dificultades que ustedes nos expresan hoy. Los respaldaremos y acompañaremos en el proceso por mejorar las condiciones de vida en materia de salud mental de la ciudad. En Bogotá no vamos a tolerar el abuso y el maltrato”, mencionó el secretario de Salud.

El entorno académico impone altas exigencias tanto a estudiantes como a docentes, especialmente en los escenarios de práctica, pero no deben ser entendidos solo como espacios de aprendizaje, sino también como lugares donde los integrantes de la comunidad educativa desarrollan habilidades sociales, emocionales y personales. Por todo esto, resulta fundamental trabajar para derribar contextos en los que prevalecen formas de comunicación y comportamientos dañinos que perpetúan estigmas y mitos no resueltos sobre la integridad de las personas.

La secretaria de educación, Isabel Segovia, quien también participó en este espacio, resaltó la importancia de trabajar en los más pequeños de la ciudad. “Entendemos que un niño o niña que no se siente seguro ni protegido y que no tiene las condiciones de bienestar, no podrá llevar sus procesos de aprendizaje de manera exitosa. Si nosotros no empezamos a intervenir estos problemas con programas que cuenten con énfasis particulares en la formación y en el acompañamiento de la salud mental en los estudiantes, no vamos a proporcionar condiciones  de aprendizaje y tampoco condiciones de tránsito a la educación superior y terciaria seguras. Por eso debemos trabajar desde la primera infancia”, concluyó.

Por su parte, Óscar Domínguez, director ejecutivo de la Asociación Colombiana de Universidades (ASCUN), mencionó: “Estamos convencidos de que el pacto que hoy firmamos se convierte en la materialización de una apuesta por el bienestar de nuestras comunidades, en particular en los entornos educativos. Este pacto nos invita a avanzar en lo concreto para atender los requerimientos de la salud mental, la convivencia y el reconocimiento de las poblaciones diversas, y para hacer que la gestión de Bogotá sea un ejemplo para Colombia con una ciudad que atiende y resuelve las problemáticas de nuestras comunidades.”

Los aspectos esenciales de esta iniciativa son:

1. Construcción de redes de trabajo interinstitucionales en donde se establezcan mecanismos de cooperación horizontal interinstitucional para el desarrollo de estrategias conjuntas en favor del bienestar y la salud mental. Así mismo, con la suma de esfuerzos, se debe mantener monitoreada la salud mental de la comunidad académica e identificados los factores que deterioran el bienestar y aumentan el riesgo de conductas suicidas y otras condiciones adversas de salud mental.

2. Desarrollo de ambientes inclusivos en los cuales se respete y acoja la diversidad sexual, de género, cultural, de las personas con neurodiversidad y las condiciones poblacionales como discapacidad, migración y pertenencia étnica, asegurando entornos educativos seguros y protectores que reconozcan estas pluralidades antes mencionadas como aporte positivo al capital humano de las instituciones.

Así mismo, se promueve al interior de las instituciones educativas protocolos de atención a sectores LGBTIQ+, en condición de discapacidad y neurodiversidad, haciendo énfasis en las afectaciones a su salud mental.

3. Fomento del cuidado en la comunidad académica con la promoción de espacios de descarga emocional y física para estudiantes, docentes y demás miembros de la comunidad educativa. También se intervienen factores que pueden generar síndrome de burnout como la sobrecarga laboral, los espacios inseguros y la cultura del maltrato.

4. Promoción de una comunicación respetuosa en redes sociales a través de prácticas éticas que mitiguen el acoso, el maltrato verbal y psicológico, y que protejan los derechos, la dignidad humana y la salud mental de los jóvenes y la comunidad académica; mejorando la convivencia digital.

5. Construcción de procedimientos y rutas para la reparación de las víctimas en las que se establecen los trámites para la gestión de denuncias de maltrato, que incluya a los colegios de diversas disciplinas, para que sean articuladores frente a la respuesta.

Entre otros aspectos importantes del ‘Pacto por el bienestar y la salud mental en entornos educativos y prácticas formativas’, se encuentran la creación y el fortalecimiento de grupos de apoyo que promuevan redes de cuidado; el desarrollo de capacidades para la gestión emocional y el acompañamiento de los y las estudiantes en la adquisición de habilidades relacionales. Además, se contemplan iniciativas de buenas prácticas y decálogos para el bienestar y la implementación de estrategias de comunicación efectiva.

Si bien esta iniciativa responde a los entornos educativos, se invita a todas las personas a que como sociedad se trabaje en la construcción de entornos saludables para las y los estudiantes, ya que los problemas de salud mental en estos escenarios no solo afectan a esta población, sino que también tienen un impacto en la comunidad y en las familias.  El bienestar de la comunidad académica es y seguirá siendo una prioridad para Bogotá.

Ir al contenido